Criterios y manifestaciones del TEA en adultos

El diagnóstico del autismo se basa en la observación por parte de un experto o un grupo de expertos con experiencia y formación específica, como neuropsicólogos, psicólogos, o psiquiatras. Si estás interesado en el diagnóstico, lee el apartado de diagnóstico en adultos.
Al final de este texto, puedes consultar una tabla que muestra los criterios diagnósticos actuales para el TEA, y ejemplos de cómo podrían manifestarse en adultos (2).
Aunque el DSM-5 considera el TEA como un trastorno principalmente comunicativo y social, cada vez hay más literatura que apoya la hipótesis de que el TEA se caracteriza principalmente por diferencias en el procesamiento de la información (3). Por ejemplo, consulta la teoría del mundo intenso del TEA. Los adultos del espectro del autismo pueden mostrar rasgos autistas muy distintos de los de los niños. La mayoría de la gente, pertenezcan o no al espectro, cambian su forma de comportarse según se van haciendo mayores. Por tanto, los adultos del espectro pueden no adaptarse a la imagen que la sociedad tiene de los niños autistas. También, los adultos suelen encontrar estrategias de afrontamiento que les ayudan a funcionar en el mundo, pero que hacen que los rasgos autistas sean más difíciles de reconocer. Entre los adultos que cumplen los criterios diagnósticos para el TEA, los rasgos autistas pueden ser muy distintos. Aunque muchas personas dentro del espectro podrían tener dificultades con la comunicación social, estas podrían manifestarse de muchas formas distintas. Por ejemplo, una persona podría no ser capaz de hablar, confundir las expresiones faciales y lenguaje corporal o comprender los mensajes de forma demasiad literal. Otra persona podría tener dificultades para comenzar una conversación, necesitar más tiempo a solas que la mayoría de la gente, o sentirse incómodo al socializar con otros fuera de una actividad planificada. Del mismo modo, se podría esperar que alguien del espectro tenga rutinas, intereses o actividades restrictivas o repetitivas, pero estas pueden ser distintas para cada persona. Por ejemplo, alguien podría estar mirando a objetos que giran por horas, aprender al detalle los horarios de un transporte público o ser un experto en arte del siglo XVII. Mucha gente del espectro valora las cosas con estructura y puede encontrar muy útil usar rutinas para comprender o adaptarse al mundo. Por ejemplo, podrían necesitar usar siempre la misma ruta para ir a algún sitio, o utilizar un sistema de organización muy complejo para funcionar en el trabajo o acordarse de comer. Los eventos no planificados o los cambios en las rutinas pueden causar ansiedad a la gente del espectro.
Las personas del espectro del autismo podrían experimentar los estímulos sensoriales de forma distinta al resto. Por ejemplo, alguien podría tener un oído muy sensible, mientras que otra podría tener un umbral del dolor muy alto. A menudo pueden tener serias dificultades para procesar determinados estímulos, como las luces fluorescentes, sonidos fuertes, roces o texturas y olores particulares.
Puede que no sean capaces de procesar más de un estímulo a la vez, por ejemplo, podrían no entender el lenguaje verbal mientras miran a la cara de alguien. También podrían sentirse sobrepasados cuando hay muchos estímulos sensoriales al mismo tiempo. Algunas personas del espectro pueden tener dificultad con las habilidades motoras. Puede haber dificultades al escribir a mano, al coger una pelota o planificar acciones complejas en varios pasos, como por ejemplo, aprender una coreografía. Los rasgos autistas pueden suponer dificultades o fortalezas, o a veces ambas a la vez.
No todo el mundo del espectro autista tiene rasgos positivos típicos, como ser bueno memorizando cosas o usando ordenadores.
De igual manera, la gente del espectro del autismo no siempre se esconde de las interacciones sociales y muchos pueden mantener relaciones de amistad o de pareja.
(1) American Psychiatric Association - APA. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5 (5a. ed. --.). Madrid: Editorial Médica Panamericana. (2) Nicolaidis, C., Kripke, C.C., Raymaker, D.M. (2014) Primary Care for Adults on the Autism Spectrum Medical Clinics of North America. 98;1169-1191. (3) Kapp, SK (2013). Empathizing with sensory and movement differences: Moving toward sensitive understanding of autism. Frontiers in Integrative Neuroscience. 7(38)

Criterios diagnósticos actuales para el TEA, y ejemplos de cómo podrían manifestarse en adultos.2

Criterios diagnósticos del TEA según DSM 5

 

Ejemplos de cómo los criterios podrían manifestarse en adultos

 

A. Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social en diversos contextos, manifestados por lo siguiente, actualmente o por los antecedentes.

 

A.1 Deficiencias en la reciprocidad socioemocional

Dificultad para iniciar o mantener conversaciones recíprocas, tendencia al monólogo sin atender a las señales del interlocutor, respuesta inusual al saludo u otras conversaciones sociales.

A.2 Deficiencias en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la interacción social, por ejemplo

Falta de contacto visual, dificultad para la comprensión de la comunicación no verbal, tono de voz o lenguaje corporal inusuales.

A.3 Déficits en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de relaciones

Dificultad para adaptar el comportamiento a distintas situaciones sociales (como interactuar con familia, amigos, figuras de autoridad o desconocidos). Mayor necesidad de pasar tiempo a solas.

B. Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades que se manifiestan en dos o más de los siguientes puntos, actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos pero no exhaustivos).

 

B.1 Movimientos, uso de objetos o habla estereotipada o repetitiva; por ejemplo:

 

Movimientos repetitivos o “autoestimulación” (balanceo, aleteo, movimientos rítmicos, girar sobre sí mismo) para divertirse o calmarse. Colocar objetos de forma muy concreta. Ecolalia (repetición continua de sonidos, palabras o frases).

B.2 Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad a rutinas, o patrones ritualizados de comportamiento verbal y no verbal, por ejemplo

Grado de molestia mayor del esperado ante los cambios en las rutinas o las expectativas. Dificultad para cambiar de actividad. Necesidad de hacer las mismas cosas de la misma forma.

B.3 Intereses muy restrictivos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad y focos de interés se refiere, por ejemplo:

 

Intereses especiales e intensos (Ej. mirar a objetos que giran durante horas, aprenderse los horarios completos de un medio de transporte o convertirse en experto en arte del siglo XVII), y al mismo tiempo, dificultad para atender a temas que se salen del interés central.

 

B.4 Hiper o hipo-reactividad a estímulos sensoriales o interés inusual en los aspectos sensoriales del entorno

Ser hiper o hipo sensible a sonidos, luces, olores o texturas. Umbral de dolor anormalmente alto o bajo, dificultad para procesar más de un sentido a la vez (ej. No entender el lenguaje verbal mientras se mira a la cara de alguien). Tendencia a sentirse confuso o sobrepasado por estímulos sensoriales, dificultades con la conciencia corporal o distinguir distintas sensaciones. 

C. Los síntomas del autismo tienen que manifestarse en el periodo de desarrollo temprano. No obstante, pueden no revelarse totalmente hasta que las demandas sociales sobrepasen sus limitadas capacidades. Estos síntomas pueden encontrarse enmascarados por estrategias aprendidas en fases posteriores de la vida.

 

Aunque estas características han estado presentes toda la vida, un cambio de las mismas puede dificultar las estrategias de afrontamiento y pronunciar más esos rasgos. Por el contrario, los facilitadores ambientales, los apoyos y las estrategias de afrontamiento pueden hacer estas características menos evidentes.

D. Los síntomas causan deterioro clínico significativo en el área social, laboral o en otras importantes para el funcionamiento habitual.

 

Estas características conllevan dificultades en conseguir mantener un trabajo, hacer actividades de la vida diaria instrumentales o básicas, tener vida social o participar en la comunidad. Por ejemplo, puede haber disparidad entre el nivel académico y la historia laboral.

E. Las alteraciones no se explican mejor por una discapacidad intelectual o por un retraso global del desarrollo.