Es mejor obtener información individualizada sobre lo que ayudará a un paciente a tolerar mejor las pruebas y demás procedimientos.
Los siguientes son ejemplos de adaptaciones o estrategias que pueden ayudar a los pacientes autistas.
La anticipación es clave
Explicar siempre qué se va a hacer antes de hacerlo.
Mostrar el instrumental al paciente, o al menos imágenes del equipo, antes de usarlo.
Si es posible, hacer una “simulación” de las pruebas o procedimientos difíciles.
Decir al paciente cuánto tiempo es probable que lleve hacer un examen o procedimiento.
Avisar al paciente antes de tocarle o hacerle algo.
Limitar la cantidad de tiempo que un paciente debe estar desnudo o en bata.
Dar tiempo extra para procesar las cosas que necesitan ver, oír o sentir antes de responder.
Permitir que se siente, se acueste o se apoye en algo durante los procedimientos, cuando sea posible.
Ofrecer descansos o permitir que la persona use una señal para solicitar una pausa.
Preguntar al paciente de vez en cuando si es capaz de manejar el dolor o la incomodidad.
En muchos casos, tener una planificación cuidadosa y las adaptaciones apropiadas puede permitir a los pacientes tolerar exámenes y procedimientos que anteriormente han sido intolerables.
Sin embargo, puede haber ocasiones en que los pacientes necesiten anestesia para tolerar algunas pruebas o procedimientos.