Muchas personas en el espectro autista tienen un procesamiento sensorial atípico. Esto puede manifestarse como un aumento o disminución de la sensibilidad a los sonidos, las luces, los olores, el tacto o el gusto. Pueden tener grandes dificultades para filtrar el ruido de fondo, procesar información en entornos demasiado estimulantes o percibir más de un estímulo a la vez.
Los problemas sensoriales pueden tener muchos efectos importantes en las interacciones de atención médica. Los pacientes describen muchos casos en los que las dificultades sensoriales interfirieron con la atención médica efectiva.
“... Acabo de viajar a la oficina en un autobús o tren muy ruidoso. Las luces en la oficina son muy brillantes y eso se ve exacerbado por las paredes blancas. A veces las salas de espera están abarrotadas y no puedo filtrar el fondo de la gente hablando o barajando revistas. Me siento desorientado por ser llevado por largos pasillos a diferentes habitaciones.... No soy capaz de expresar mis preocupaciones porque solo soy capaz de averiguar lo que el médico está diciendo para poder responder a sus preguntas”.